En una caja de música
guardé la tarde
y entre pétalos de rosa
encerré la mañana
cogí a la noche descuidada
y la metí en el costado del silencio
las albas y los ocasos
los cacé con las manos
cargadas de deseo
así
fundé el reino del ahora
y nombré al amor único rey
sin herederos
llené los lagos de días de verano
y los mares con lágrimas de sal
que nunca caigan
los bosques son de suspiros
y las flores de besos inmortales
que nacen en la piel
de las pestañas enamoradas
que abanican tus manos
conseguí apagar el tiempo
y llenarlo de incienso de ti
con el aroma de tus labios
En este lugar sin espacio
en estas horas sin minutos
mi alma baila la danza de los siete velos y los setecientos besos