Dice Eduard Pounset que el alma está en el cerebro y que la felicidad depende, como todos sospechábamos, de la secreción de ciertas sustancias químicas. También apunta, lógico, que todos seremos eternamente felices el día que se descubra qué neurotransmisores están implicados, qué enzimas catalizan sus reacciones, etc.
Yo ya los he descubierto.
Pero no creo que me lo publiquen en el Scientific.
Porque mi neurotransmisor eres tú y tus manos las enzimas que tienen la forma exacta de mi vida, que es el sustrato de la reacción química global.
Es sencillo:
Tú -------------------------> mi vida se pone en marcha ---------------->
---->tus manos ------------------------------------------> Felicidad