Durante muchos años, en los laboratorios de Ciencias de los colegios e institutos, se han diseccionado ranas con el fin de aprender la anatomía de los anuros.
Siempre me ha parecido descabellado, inútil y cruel ese trato a las pobres ranas, ya que, además de que los críos nunca aprendieron nada, con ello se maltrataba a miles de animales.
Ignoro si algún profesor lo sigue haciendo, desde luego los laboratorios están diseñados para ello guardando en sus armarios un sinfín de bateas, bisturís, pinzas, y otros instrumentos de tortura.
Por supuesto, yo no lo hice jamás, salvo cuando en la facultad, fue condición indispensable para aprobar Zoología.
Recuerdo que en aquellas prácticas decimonónicas se nos insistía a los estudiantes a no matarlas del todo con el cloroformo, para poderles ver la circulación sanguínea. Por supuesto, a la mía, la rematé del todo para que no sufriera y se me quedó dentro la terrible sensación de asesina por un cinco.
Nunca más en mi vida, conscientemente, he matado un animal.
Pero, vaya, por si acaso alguien sigue con la idea de hacerlo en su clase que no olvide que estamos en la época virtual y ya puede dejar tranquilas a las ranas cantarinas, que, por cierto, me encantan. En vivo.
Si pinchasAQUÍ (maximiza la ventana) podrás hacer una disección sin necesidad de nada más que tu ordenador.
Pero, dime la verdad ¿no son mucho más bellas estando vivas?
Siempre me ha parecido descabellado, inútil y cruel ese trato a las pobres ranas, ya que, además de que los críos nunca aprendieron nada, con ello se maltrataba a miles de animales.
Ignoro si algún profesor lo sigue haciendo, desde luego los laboratorios están diseñados para ello guardando en sus armarios un sinfín de bateas, bisturís, pinzas, y otros instrumentos de tortura.
Por supuesto, yo no lo hice jamás, salvo cuando en la facultad, fue condición indispensable para aprobar Zoología.
Recuerdo que en aquellas prácticas decimonónicas se nos insistía a los estudiantes a no matarlas del todo con el cloroformo, para poderles ver la circulación sanguínea. Por supuesto, a la mía, la rematé del todo para que no sufriera y se me quedó dentro la terrible sensación de asesina por un cinco.
Nunca más en mi vida, conscientemente, he matado un animal.
Pero, vaya, por si acaso alguien sigue con la idea de hacerlo en su clase que no olvide que estamos en la época virtual y ya puede dejar tranquilas a las ranas cantarinas, que, por cierto, me encantan. En vivo.
Si pinchas
Pero, dime la verdad ¿no son mucho más bellas estando vivas?
© Moony