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"Leer te condena a muchas cosas terribles, sobre todo a la lucidez; te acerca más a las cosas en su esencia, que a menudo es desagradable, pero también te da los mecanismos analgésicos y compensatorios para enfrentarte a ellas"

Arturo Pérez reverte





miércoles, 4 de febrero de 2009

Un poquito más

Si alguien se ha leído el post anterior sobre comportamiento animal y humano, se habrá dado cuenta que está incompleto, pero me pareció excesivamente largo para una sola vez. Así que, continuamos...

3.- Comportamiento del hombre como especie.

Si comparamos la historia del Cosmos y la del hombre en cuanto a duración, no hay duda de que pertenecemos a una especie recién aparecida. Esto se comprende mejor con el conocido ejemplo del cambio de escala temporal, considerando que toda la historia del Cosmos ha ocurrido en un año de los nuestros actuales y poniendo fechas a los principales acontecimientos de esa historia: aparición de la Tierra; aparición de la vida; origen y fin de los Dinosaurios, etc. La especie humana aparece cuando el reloj está tocando las campanadas de la medianoche del treinta y uno de diciembre y concretamente después de la tercera. Así de jóvenes somos como especie.


Si consideramos que el desarrollo de una especie es semejante al de un individuo, es decir tiene un origen - nace, se desarrolla - crece, envejece y se extingue - muere, podemos afirmar que en esa comparación especie - individuo, somos igual que un niño recién nacido.

Nuestro componente material, responsable de las características anatómicas y fisiológicas, como ya se ha dicho está en la rama Mamífero - Primates - Hominidos, caracterizada por una gran complejidad en sus centros de coordinación y con un alto nivel de homeostasia, lo que le permite tener una gran potencialidad en cuanto a su desarrollo. Pero el hecho de disponer de esa potencialidad no implica que necesariamente llegue a realizarse.

Independientemente de la potencialidad que tenemos como individuos y como especie, y a pesar del gran desarrollo técnico alcanzado, el hecho de ser una especie recién nacida, como se ha dicho, hace que nuestras pautas de comportamiento sean, en principio, muy parecidas a las de otras especies anteriores a la nuestra pero situadas en la misma rama (Mamíferos - Primates - Hominidos). Me fijaré sólo en algunas de ellas que considero importantes para descifrar la clave de si nuestro comportamiento, como especie, es o no inteligente, ya que no es momento para escribir un tratado completo de comportamiento humano, ni tampoco sabría hacerlo:

A) Tendencia a la formación de grupos, que en otras especies están limitados por la disponibilidad de alimento en su territorio. Esto supone que cada grupo social dispone de un determinado territorio que defiende frente a otros grupos o individuos solitarios. La lucha suele ser violenta, no ritualizada y a menudo termina con la muerte o con daños físicos serios. Nosotros inicialmente también formamos grupos limitados en número (familia, clan, tribu, etc.) pero a medida que el progreso permitió, por ejemplo transportar el alimento, se pierde la idea del número límite y el crecimiento es indefinido, como se aprecia en las grandes ciudades. Este crecimiento lleva consigo la aparición de graves problemas de infraestructuras, que se resuelven gracias al avance técnico y de alguna manera, ese avance técnico, sirve de acicate para seguir creciendo sin plantearse siquiera la idea del límite optimo para tener una ciudad habitable.

B) La cohesión del grupo inicial supone una jerarquización con niveles sociales que implican derechos (comer el primero) y deberes (defender y guiar al grupo). Pero la jerarquía está en entredicho de modo continuo y se pone a prueba, sobre todo periódicamente, coincidiendo con la época de apareamiento y selección de la pareja. Estas luchas suelen ser mas ritualizadas y no llevan consigo daños físicos serios. En la especie humana la jerarquización sigue otras pautas y la situación es diferente en grupos de población pequeños o grandes.

4.- Situación actual de la especie humana como supraorganismo.

Simplificando mucho la cuestión se puede decir que el hombre ha formado y forma multitud de grupos de diferente amplitud, desde los familiares hasta los nacionales. Y las luchas, ritualizadas o no, por superar o mantener su nivel jerárquico en cualquiera de los grupos suponen una gran complejidad para delimitar las diferentes pautas de comportamiento. El hecho cierto es que un observador neutral, un extraterrestre por ejemplo, que observara diferentes núcleos de población en la Tierra, apreciaría grandes desigualdades entre ellos, tanto en nivel de desarrollo como en calidad de vida. También apreciaría numerosas luchas violentas entre grupos amplios (nacionales) y dentro de ellos (etnias, etc.), así como otras luchas mas ritualizadas (menos violentas) dentro de cada uno de ellos.

Un sencillo ejemplo nos puede ilustrar sobre los desequilibrios citados, basta observar el hecho de que las 500 mayores fortunas del mundo suman mas dinero que los 5.000 millones de habitantes mas pobres. Si trasladamos esa proporción a España diríamos que las cuatro mayores fortunas sumarían lo mismo que las del resto de los españoles. Esas desigualdades son consecuencia del comportamiento de los individuos de la especie humana desde que apareció sobre la tierra, y se han logrado mediante luchas, a diferentes niveles, para defender un territorio y mantener una jerarquización. En definitiva, lo que cabría esperar con un comportamiento propio de una especie recién aparecida y que manifiesta inequívocamente su componente material o animal.

5.- ¿Qué más nos dice la Biología?

Antes hemos visto lo que nos dice la Biología mirada como una parte de la historia del Cosmos. Ahora vamos a verla a mas pequeña escala, apropiada a la nuestra, como una serie de acontecimientos que ocurren día a día. Lo primero que se observa al contemplar a los distintos animales es que para que unos se mantengan vivos otros deben morir, comidos por los primeros. Esto ha creado la idea de la crueldad de la naturaleza y la necesidad de una lucha constante para vivir en la que solo los ganadores lo consiguen. Es un modo de verlo, también se puede ver como que la muerte de uno posibilita la vida de otro y eso en sí es natural y positivo.

Esta es una realidad cierta pero primaria, que permite justificar todo tipo de tipo de luchas entre los diferentes grupos y dentro de ellos. Sería una visión propia de aquel que tiene pocos conocimientos. Si se mira la historia de la Vida con mas profundidad, se puede ver que las grandes revoluciones anatómicas, las que han supuesto avances de tipo cualitativo mas que cuantitativo, se han dado por la unión material de dos seres diferentes, sin pretenderlo ninguno de ellos inicialmente. Esa unión ha tenido como consecuencia la aparición de un nuevo ser o especie con unas propiedades que no tienen ninguno de los integrantes y que ninguno de ellos por si mismo podría conseguir. Del mismo modo, cuando se aproximan dos pequeñas gotas de un líquido, se unen formando una de mayor tamaño y si son de dos líquidos diferentes pero afines, también se unen dando una de mayor tamaño y diferentes propiedades. Se han unido sin pretender hacer nada nuevo, pero lo han hecho. Así ha ocurrido también en la historia de la vida. Citaremos algunos ejemplos que ilustran avances cualitativos este tipo.

1. - Cuando dos células procariotas se unieron, dieron lugar a una eucariota y fue el primer paso para formar un ser pluricelular.
2. - Cuando se fusionaron dos o mas células eucariotas, o no se separaron después de un proceso de fisión, se formó una colonia en la que cada una de ellas era autosuficiente. Pero cuando se dividió el trabajo y cada una hizo una función diferente, apareció el primer animal pluricelular organizado.
3. - Cuando ya había animales y plantas, unicelulares y pluricelulares, así como células procariotas, las diferentes combinaciones entre ellas dieron lugar, por ejemplo a un liquen (alga con hongo) o bien a los inmensos arrecifes de coral (alga e hidrozoo) que suponen la obra mas grande construida por un ser vivo y que ha llegado a ser lugar donde mas tarde han vivido otras especies, incluido el hombre.


4. - La unión de un ser complejo, como un mamífero, con multitud de seres mas sencillos, unicelulares y procariotas en su tubo digestivo, ha permitido que ese ser complejo sea viable ya que por sí solo, sin esa fauna y flora asociada no lo es. Es decir, cualquiera de nosotros al que se le eliminara toda su fauna y flora intestinal, moriría. Y, simplemente, alterando su proporción, o las características de algunos de sus componentes, tendría trastornos digestivos mas o menos graves. Así pues, a pesar de su perfección e inteligencia, un cuerpo humano, es inviable por sí mismo. Hasta tal punto es importante y decisiva esa colaboración que se inició de modo espontaneo, sin ninguna pretensión especifica por parte de ninguna de las formas asociadas.

Cuando en la historia del cosmos apareció el nivel psíquico, como ya se ha explicado, y éste alcanzó un nivel suficiente, esas uniones pasaron a ser puntuales, sólo en ciertos momentos de la vida de cada ser, con beneficio para ambos. Eso supone un nivel psíquico suficiente como para poderse comunicar entre individuos pertenecientes a especies muy diferentes (algo que nos resulta difícil a nosotros simplemente cuando hablamos idiomas distintos), y lograr un beneficio personal que ninguno de ellos podría obtener por si solo. Veamos algunos ejemplos de este nivel:

1. - Los peces de gran tamaño que, en determinadas condiciones, permiten a individuos de diferentes especies (peces, gambas) que se les introduzcan por la boca para limpiarles los parásitos o restos de comida, sin hacerles ningún daño durante su trabajo. Cada uno se beneficia de la acción del otro y consigue lo que para cada uno de ellos por separado es imposible.
2. - Las grandes tortugas que acuden a pequeños pájaros para que les limpien de parásitos en aquellos lugares del cuerpo a donde no pueden llegar ellas por su caparazón. Para ello, en un lugar determinado se levantan sobre sus patas, se mantienen quietas y permiten que los pajarillos les recorran todo el cuerpo. Ellos lo saben y lo hacen sin ningún temor, picoteando a todo parásito que encuentran, con lo que obtienen unas proteínas que complementan su habitual dieta frugívora.
3. - La comunicación entre el tejón mielero y el ave que le guía hasta los lugares donde hay panales de abejas para que él coja la miel, lo que hace con agrado, pero sin olvidarse de darle una parte al pájaro que le indicó el camino.

6.- Una interpretación

Si considero que el cuerpo material de un ser complejo es el resultado de la acción eficaz de múltiples células de diferentes tipos que realizan trabajos distintos, además de la fauna y flora intestinal asociados, llegaré a la conclusión de que ese cuerpo crecerá y se desarrollará bien en la medida en que lo hagan todas sus células y a su vez, al crecer bien, proporcionará las condiciones adecuadas para que sus células sigan encontrándose bien (alto nivel de homeostasia). Si una parte de ese cuerpo tiene unas condiciones muy diferentes a las de otra parte cualquiera (zona congelada, zona infectada, etc.) y no se igualan todas las partes con unos niveles mínimos, el daño progresará y el cuerpo morirá.

Si comparo ese cuerpo con la humanidad, cada célula equivale a un individuo. Si las desigualdades apreciadas por el observador neutral son suficientemente grandes, y no se igualan por encima de unos niveles mínimos, el cuerpo, la humanidad, desaparecerá.

Si la comparación se realiza entre grandes sociedades de animales inteligentes (hormigueros) y la especie humana, el resultado es el mismo. No puede progresar un hormiguero en el que las desigualdades ambientales entre una zona y otra supera unos niveles mínimos. El progreso se basa en la igualdad de condiciones mínima para todos los individuos.

Siempre que se hacen estas comparaciones, alguien argumenta que el cuerpo y el hormiguero tienen ese orden porque la química así lo determina, a base de feromonas u otras sustancias que hacen que cada tipo celular o casta de hormigas haga una cosa y no otra. Cualquiera de ellas pertenece a un cuerpo, o a un supraorganismo, que funciona perfectamente gracias al perfecto funcionamiento de cada una de ellas, aun sin proponérselo, de modo inconsciente, diríamos con nuestro modo de hablar y que, por lo tanto, la comparación no es válida. En efecto, hay una diferencia importante que no permite la comparación lineal, al mismo nivel. Ni las células del cuerpo (por complejo que sea) ni las hormigas del hormiguero (por inteligentes que sean) parecen haber logrado el nivel psíquico, ni el nivel de homeostasia suficiente como para poder decidir libremente.

El hombre es consciente de su libertad y decide. Decide en su vida particular y en su vida social. Pero para decidir es bueno estar informado. Si la decisión se basa en una información primaria, o instintiva (propia de un niño o de una especie joven), es lógico que en el comportamiento de la especie humana apreciemos luchas entre grupos y, como consecuencia, obtengamos una desigualdad cada vez mayor entre las poblaciones. Si, por el contrario, actuáramos de acuerdo con nuestra potencialidad psíquica, aplicando unos conocimientos mas profundos, actuaríamos como las células del cuerpo o como las hormigas, pero decidiendo cada uno de nosotros, libremente, qué es lo quiere hacer. El resultado supondrá también un salto cualitativo respecto a lo que hemos logrado hasta ahora, como especie, en la tierra.

Algunas consecuencias de ese cambio de actitud podrían ser las siguientes:

1- No habría luchas, ni violentas ni ritualizadas, entre grupos ni dentro de ellos, porque no habría el componente jerárquico que las potencia, ni la necesidad de ser el mas fuerte para subsistir.
2 - Hacer cada uno lo que le guste, libremente, lleva consigo el hacerlo bien y el poder cambiar de actividad (especialización o casta) si se desea.
3 - Hacerlo todos bien y libremente supone un mayor nivel de homeostasia para la población (supraorganismo) que se traduce en un bienestar común.
4 - El mayor nivel de homeostasia lleva a utilizar lo que se necesita y a no acaparar, porque siempre se podrá usar lo que se necesite.
5 - Al no acaparar, la misma cantidad puede ser utilizada por mayor número de (células) personas.
6 - La utilización por mayor número de personas, lleva consigo disminuir las desigualdades, logrando reafirmar un mayor nivel de homeostasia.
7 - Disminuir las desigualdades suponen sanar al organismo y prolongar su vida, de modo que ese observador neutral, cuando vea la historia de la tierra dentro de unos millones de años, verá que una especie duró mucho tiempo (¿por qué no, indefinidamente?) y tal vez entonces piense que esa especie encontró el modo de vivir de forma inteligente.
8 - Alguno pensará que las consideraciones anteriores describen una especie de mundo idílico y feliz, y... digo yo, si no somos capaces de ser felices, ¿nuestro comportamiento es realmente inteligente?.


7.- A modo de resumen.

Cuando se observa la situación actual en el mundo, con países muy ricos y otros muy pobres y con personas muy ricas y otras muy pobres dentro de cualquiera de ambos países, es inevitable pensar que se trata de una situación resultante del comportamiento del hombre desde su aparición sobre la Tierra. Cuando se comparan las fotografías de los prisioneros de un campo de concentración de la segunda guerra mundial, que representan esqueletos vivientes, con las que nos muestran hoy los telediarios sobre el hambre en diferentes países africanos, se aprecia que son muy parecidas. Se diferencian en que las actuales son en color y no hay alambradas y las primeras eran blanco y negro y normalmente con alambradas. Pero ambas son el resultado de las luchas mantenidas por diversos grupos para conseguir el mayor nivel jerárquico en el mundo. Esa desigualdad es el resultado de un comportamiento primario, propio de una especie recién aparecida y que posee una gran potencialidad psíquica, pero que todavía está lejos de manifestar en su plenitud.

Y que difícilmente lo llegará manifestar si sigue por ese camino, porque antes se destruirá así misma. En la medida en que se siga potenciando la cultura del dominante, del mejor, del primero, del vencedor, sólo lograremos que esas diferencias se acentúen, por lo que será imposible que la potencialidad psíquica de que dispone nuestra especie llegue nunca a ser una realidad.

Para lograrlo es necesario un cambio cualitativo en el comportamiento, como se ha explicado en el apartado anterior, de modo que entremos en la cultura del hacerlo bien porque me gusta, y porque me gusta lo haré cada vez mejor. Este cambio cualitativo es semejante al que se da entre un niño y un adulto formado, y el que hace que la potencialidad del niño llegue a ser una realidad en el adulto formado. En nuestras manos está el seguir por uno u otro camino y tal vez esa sea la grandeza de la libertad.

Y, por favor, que nadie se ampare diciendo que somos como niños...

Pero, todo esto, no lo digo yo sola.
Para poder llegar a decirlo conté con la ayuda inestimable del Dr. Gállego, mi catedrático de Zoología.