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"Leer te condena a muchas cosas terribles, sobre todo a la lucidez; te acerca más a las cosas en su esencia, que a menudo es desagradable, pero también te da los mecanismos analgésicos y compensatorios para enfrentarte a ellas"

Arturo Pérez reverte





miércoles, 7 de octubre de 2009

Últimamente, me da por leer a Hoffman


Albert Hoffman y las Ciencias Naturales

Cual es mas verdadera, la visión de la realidad que nos presenta las ciencias naturales o la que nos ofrece las experiencias y visiones místicas. Esta pregunta sólo puede ser formulada por aquel para el que las ciencias naturales y la visión mística son mutuamente excluyentes. Pero este no es el caso. Por el contrario, ambos se complementan mutuamente. Demostrar esto es el propósito de mi exposición.

El objeto de estudio de las ciencias naturales es el universo material, del que forma parte nuestros cuerpos físicos. La investigación en las ciencias naturales se limita al análisis y descripción del mundo exterior que podemos identificar objetivamente con nuestros sentidos, y preguntarnos por las leyes que los gobiernan.

Esta visión objetiva de la naturaleza presupone una división consciente del mundo que una persona experimenta en sujeto y objeto. Tal experiencia dualista del mundo apareció por primera vez en Europa. Esta perspectiva ya era aparente en la visión judeocristiana del mundo en la que Dios, sentado en el trono en lo alto sobre la creación, ordenaba a la humanidad a dominar la naturaleza.

"Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra"
Génesis 1, 28

Las ciencias naturales son un producto de esta mentalidad europea.

En los comienzos de la investigación científica contemporánea en el siglo XVII la ciencia se encontraba aún en gran parte relacionada con la religión. Los científicos abordaban la naturaleza como la creación dotada de vida por el espíritu de Dios. Kepler reconoció la armonía del mundo que Dios había creado en las leyes planetarias; y en ninguno de los viejos tratados de botánica se olvidaba el autor de alabar al creador por las maravillas del mundo vegetal.

Los revolucionarios descubrimientos de Galileo y Newton trajeron un cambio de grandes consecuencias en el carácter de las ciencias naturales. La investigación se dirigía mas exclusivamente a los aspectos cuantitativos y medibles de la naturaleza. La manera cualitativa y holistica de observar la naturaleza que defendía Goethe cada vez era mas olvidada. Los métodos cuantitativos de investigación requerían de equipos cada vez mas complicados y refinados. La física y la química, las disciplinas que manejan los aspectos medibles de la naturaleza, se hicieron mas prominentes. Los métodos físicos y químicos también entraron en otras áreas de la ciencia como la biología, botánica y zoología.

El gran éxito de las ciencias naturales, especialmente en el área de la física y la química, introdujo el saber en el macrocosmos de las galaxias y el microcosmos de los átomos. Y lo mas importante, el uso practico de los muchos inventos y descubrimientos que caracterizan nuestra era refuerza aun mas la teoría predominantemente materialista de hoy.

Esto condujo a una enorme sobrevaloracion de la importancia de la química y la física en la creación. Es necesario reconocer que la creencia exclusivista en la visión científica esta basada en un grave error. Todo su contenido es verdadero, pero este contenido representa solo una mitad de la realidad, solo su parte material. Todas las dimensiones física y químicamente incomprensibles o espirituales de la realidad se echan en falta.

El objetivo aquí no es cuestionar la valided de las percepciones científicas o disminuir el valor de la investigación cuantitativa sino resaltar su titánica parcialidad.

Se piensa que los componentes cada vez mas pequeños de los átomos son la ultima realidad de nuestro mundo. El arquetipo de la visión materialista del mundo es la teoría de la creación, según la cual la casualidad y la necesidad, por medio de la física y la química, creó el cosmos, incluyendo todas las criaturas vivientes y las plantas.

Me gustaría demostrar lo absurdo de esta teoría con una metáfora: la construcción de un casa. Supóngase que todos los materiales para la construcción de una casa existan; así como la tecnología y la energía necesaria. Sin la idea de un arquitecto, sin el diseño ni la realización acorde con un plan nunca se podría construir una casa, incluso si uno diese eones de casualidad para esta empresa.

Si esto es cierto incluso para la construcción de una casa, que carece de la dimensión de la vida, ¿cuanto mas de verdad tendrá para el universo vivo, para cada flor y cada insecto? Lo absurdo de estas teorías sobre el origen de la creación, incluso si vienen de un premio Nobel como Jacques Monod, es obvio.

Adicionalmente al abuso del conocimiento científico, que nos ha llevado a la mecanización, industrialización y destrucción de vastas áreas de vida, esta el daño espiritual de semejantes teorías nihilistas. Privan a la vida de su base espiritual y religiosa y dejan al hombre solo e inseguro en un mundo muerto y mecanizado.

Aun así, los efectos positivos de las ciencias naturales en el mundo moderno sobrepasan a los efectos negativos. No estoy pensando en los logros obviamente prácticos como el progreso de la medicina, la higiene, la longevidad y todo el confort de nuestra vida diaria -a lo que hay que añadir inmediatamente que estos comfortables logros solo benefician a una pequeña parte de la población mundial. El significado de las ciencias naturales en la historia de la humanidad, su sentido revolucionario, podría estar en la manera en que ha expandido la consciencia humana, logrando una comprensión mas profunda de la esencia de la realidad, la unidad de todos los seres vivientes y la pertenencia del hombre al cosmos. Como ejemplos de tales entendimientos científicos hemos adquirido los siguientes conocimientos bioquímicos.

Cada organismo superior, ya sea una planta, animal o ser humano, tiene su origen en una sola célula en el huevo fertilizado. Las unidades mas pequeñas de todos los seres vivientes, de las que todos los organismos se originan, son las células. Las células de las plantas, animales o seres humanos no solamente muestran estructuras similares sino que también guardan una gran similitud en su composición química. Proteínas, carbohidratos, grasa, fosfatos, etc -estas mismas clases de conexiones orgánicas constituyen físicamente cuerpos vegetales y animales. Esta uniformidad en la composición material esta conectada con el ciclo metabólico y energético superior de todos los seres vivientes, en el que plantas, animales y la humanidad están unidos. La energía que mantiene este ciclo de la vida llega del sol. La planta, la alfombra verde del mundo vegetal, es capaz -en receptividad maternal- de absorber luz como flujo energético inmaterial y almacenarlo en forma de energía químicamente delimitada.

En este proceso la planta transforma -con la ayuda de la clorofila como catalizador y la luz como fuente de energía- agua y ácido carbónico en composiciones orgánicas, en sustancia vegetal. Este proceso, llamado fotosíntesis, también proporciona a través de la planta las materias primas para la construcción de los organismos animales y humanos. Toda la vida y todos los procesos vitales están basados energéticamente en esta absorción de luz por parte de la planta. El proceso digestivo del ser humano rompe la comida vegetal o animal, transformándola de vuelta en ácido carbónico y agua. Esto libera la misma cantidad de energía que fue absorbida en la fotosíntesis y la hace disponible para el cuerpo.

La luz es la fuente de energía cósmica original. Toda la vida, la vida de las plantas, animales y seres humanos, es creada y sostenida por la luz. Incluso el proceso del pensamiento del cerebro humano se alimenta de esta fuente energética. De esta manera la mente humana, nuestra consciencia, representa la mayor y mas sublime transformación energética de la luz. Somos seres de luz; esto no es solo una experiencia mística sino conocimiento científico también. Este ejemplo debería ser suficiente para destacar que las ciencias naturales y el misticismo contienen conocimientos empíricos complementarios y no contrarios.

De todos los conocimientos sobre la naturaleza de la realidad objetiva que debemos a las ciencias naturales, el conocimiento sobre la naturaleza de nuestra percepción me parece tener un significado especial de gran importancia. Hace reflexionar sobre el hecho de que la percepción a través de los sentidos (visión, oído, olfato, gusto y tacto) no solo media nuestra contacto con el mundo material sino que los sentidos son la llave para la apertura al mundo espiritual.

Permítasenos aquí recordar las palabras del poeta místico William Blake (1757-1827):

Si las puertas de la percepción estuviesen limpias todo aparecería al hombre tal y como es, infinito.

Para demostrar la relación del mundo material exterior con el mundo psico-espiritual interno podría ser útil compararlo con la manera en que las imágenes y los sonidos son creados en una televisión.

El mundo material en la esfera exterior actúa como el emisor, enviando ondas ópticas y acústicas y señales de tacto, gusto y olfato. La recepción se forma por la consciencia dentro de cada individuo, donde los impulsos recibidos por los órganos de los sentidos, las antenas, son transformados en experiencias sensuales y mentales del mundo exterior.

Si uno de los dos no esta, emisor o receptor, no habría realidad humana; la pantalla de la televisión permanecería en blanco y sin sonido.

Lo que sigue esta basado en conocimientos científicos sobre la fisiología humana en relación con la función como receptor así como sobre el mecanismo de recepción y la experiencia de la realidad.

Las antenas de los receptores humanos son nuestros cinco sentidos. La antena para las imágenes ópticas, el ojo, es capaz de recibir ondas electromagnéticas, ondas de luz, que produce imágenes en la retina que corresponden con el objeto de donde provienen esas ondas. De ahí los impulsos nerviosos que corresponden con la imagen son transmitidos a través del nervio óptico hasta el centro óptico del cerebro, donde la ocurrencia electrofisiologica, el fenómeno psíquico subjetivo, tiene lugar. La visión es un fenómeno psíquico que no se puede explicar científicamente mas lejos.

Es importante darse cuenta de que nuestro ojo y la pantalla psíquica interna solo utilizan una pequeñisima parte del enorme espectro de ondas electromagnéticas para hacer visible el mundo exterior. Del espectro de ondas electromagnéticas, que cubre longitudes de onda de billonésimas de milímetros, los rayos X, a ondas de radio de metros de longitud, nuestro aparato óptico solo responde al pequeño espectro de 0.4 a 0.7 milésimas de milímetro. Solo este pequeño espectro puede ser recibido por nuestros ojos y percibido como luz.

Dentro del espectro visible de ondas somos capaces de percibir las diferentes longitudes de onda en forma de colores. Es importante darse cuenta de que el color no existe en el mundo exterior. En general uno no se da cuenta de este hecho fundamental. Lo que esta objetivamente presente en el mundo exterior de un objeto que vemos con color es exclusivamente sustancia que envía vibraciones electromagnéticas de diferentes longitudes de onda. Si un objeto refleja luz que cae sobre el, en ondas de 0.4 milésimas de milímetro, entonces decimos que ese objeto es "azul". Si envía ondas de 0.7 milésimas de milímetro llamamos a ese resultado óptico, "rojo". Pero es imposible determinar si todas las personas tienen la misma experiencia del color dentro de la recepción de una misma longitud de onda. La percepción del color es una experiencia puramente psíquica y subjetiva que tiene lugar en el mundo interior de cada individuo. El mundo colorido, tal y como lo vemos, no existe objetivamente fuera, sino que se origina en la pantalla psíquica en el interior del individuo.

En el mundo acústico existen relaciones análogas entre un emisor del mundo exterior y un receptor en el mundo interior. La antena para las señales acústicas, el oído, en su función como parte del receptor humano, de forma similar muestra tan solo un espectro restringido de recepción. Como los colores, los sonidos no existen objetivamente. Lo que existe objetivamente en el proceso de la escucha es, de nuevo, ondas, condensaciones y expansiones tipo onda en el aire que son registradas por la membrana del oído y transformadas en la experiencia psíquica del sonido en el centro de la escucha del cerebro. Nuestro receptor para las ondas acústicas percibe un espectro de 20 vibraciones por segundos hasta 20.000 vibraciones, que corresponden a los sonidos audibles mas graves y mas agudos.

Los otros aspectos de la realidad que son accesibles mediante los tres restantes sentidos, gusto, tacto y olfato, se originan también de la interacción entre emisores materiales y energéticos del mundo exterior y el receptor psíquico del mundo interior del individuo. Las sensaciones de gusto, tacto y olfato no son, como los colores y los sonidos, objetivamente identificables. Solo existen en el monitor psíquico dentro de la persona.

De este conocimiento sigue que el mundo tal y como lo percibimos con nuestros ojos y los otros órganos de los sentidos presenta una realidad especifica del ser humano: una realidad que esta determinada por las habilidades y restricciones de los órganos humanos de los sentidos. Los animales, con sus diferentes órganos de los sentidos, con antenas que reaccionan a impulsos diferentes, y con receptores diferentes, tienen una consciencia diferente, que carece de percepción psico-mental-espiritual. Ven y perciben el mundo exterior de forma completamente diferente, lo que significa que viven en una realidad diferente.

Solo podemos ver, oír, oler, degustar y sentir tanto del mundo exterior como nos lo permite nuestros restringidos sentidos. Solo eso es real para nosotros, solo eso se transforma en realidad. Matthias Claudius expresó esto poéticamente en su bello poema donde dice, "Así que ciertamente hay algunas cosas de las que podemos reirnos fácilmente, porque nuestros ojos no las pueden ver"

La metáfora del emisor y receptor nos dice que la imagen aparentemente objetiva del mundo exterior, a la que nos referimos como "realidad" es, de hecho, una imagen subjetiva. Es un hecho fundamental el que la pantalla esta localizada en el interior de cada ser humano. Cada ser humano lleva su propia imagen de la realidad creada de forma personal. Es su verdadera imagen del mundo, porque es lo que puede percibir con sus propios ojos y con los otros sentidos.

La pantalla no es externa, sino que se encuentra dentro de cada persona. Cada persona lleva su propia imagen personal de la realidad -creada por su receptor privado. Esta imagen revela el potencial creador del mundo que es el deber de cada individuo. Cada ser humano es el creador de su propio mundo, porque simple y únicamente dentro de uno mismo es donde la tierra, la vida colorida sobre ella, las estrellas y el cielo se hacen realidad.

Esto suena muy místico, es místico, pero al mismo tiempo es verdad natural y científica, un hecho entendible y verificable por todos. Basado en esta habilidad verdaderamente cosmogónica está la verdadera dignidad del individuo; en ella yace la libertad y responsabilidad de cada ser humano, que alcanza mucho mas allá del significado de su libertad política y su responsabilidad.

Cuando me doy cuenta de lo que objetivamente es la realidad afuera y lo que sucede subjetivamente dentro de mi, entonces sé mejor lo que puedo cambiar en mi vida, dónde tengo una elección, y consecuentemente de qué soy responsable. Por el otro lado, lo que esta mas allá de mi poder y mi voluntad tiene que ser aceptado y no puedo cambiarlo. Soy yo quien da color a los objetos que objetivamente en el mundo exterior son solo materia formada, pero con mi atención y mi amor también les da significado. Eso no es solamente valido para el mundo inanimado sino para las criaturas vivientes, para las plantas y animales y también para mis congéneres.

Esta clarificación de responsabilidad es una ayuda inestimable en la vida.

Me gustaría mencionar otra reflexión que el modelo emisor-receptor conlleva. El modelo demuestra el hecho fundamental de que la realidad no es una condición claramente definida, sino el resultado de procesos continuos que consisten en un input continuo de señales energéticas y materiales del mundo exterior y su continua descodificación y transformación en experiencias y percepciones psíquicas en el mundo interior. La realidad es un proceso dinámico; esta constantemente creándose de nuevo en cada momento. La realidad esta por consiguiente solo en el aquí y el ahora, en el momento.

Eso explica por que el niño, que vive mucho mas en el momento que el adulto, percibe una imagen real del mundo. Hay mas realidad en el paraíso de la niñez que en la experiencia del mundo de los adultos. Ahí dentro yace un significado profundo. ¿Porque sino Jesús diría que el reino de los cielos es suyo?

La experiencia de la verdadera realidad en el momento es uno de los objetivos principales del misticismo. Aquí se encuentran la visión infantil y mística del mundo. Este es un poema la era barroca por Andreas Gryphius:

Míos no son los años, ese tiempo se fue de mi. Míos no son los años, eso quizás podría venir El momento es mío, y si cuido de el, Será mío, aquello que hizo el tiempo y la eternidad

Si la realidad no fuese el resultado de cambios ininterrumpidos sino una condición estacionaria, entonces no solo no habría momento, tampoco no existiría el tiempo, porque la sensación del tiempo es creada solo mediante la percepción del cambio. El carácter cambiante de la realidad material crea el tiempo.

En conclusión, me gustaría explicar otra reflexión que surge del modelo emisor-receptor de la realidad. Es una reflexión en relación con la comunicación. No me refiero a la comunicación diseminada por los medios de comunicación sino la base existencial de la comunicación, dando por sentado que somos seres físicos.

El modelo emisor-receptor muestra como nosotros como receptores de impulsos energéticos y materiales del mundo exterior, experimentamos el mundo exterior. No somos solo recipientes de mensajes del mundo exterior sino también, como parte de este mundo exterior, emisores. De la misma forma que soy recipiente de mensajes de mis congéneres, también soy, por otro lado, emisores para ellos. Puede enviarle mis preocupaciones, incluso una puramente espiritual, un pensamiento o mi amor, solamente a través de aquello que caracteriza al emisor, es decir, a través de materia y energía, a través de mi cuerpo.

También un entendimiento sin palabras, que se manifiesta en una mirada o una suave caricia, tan solo puede ser expresado mediante ojos materiales, dedos materiales, mediante los cuerpos materiales de los amantes. Sin substancia ni energía la comunicación no seria posible. Esto no es solo cierto para las relaciones entre humanos, sino también para relaciones cósmicas. El creador también puede transmitir sus mensajes solo mediante su vasto emisor, la creación, mediante el cosmos material.

Paracelso, el gran doctor, investigador natural y filosofo del renacimiento, llamo a esta creación un libro escrito por el dedo de Dios que necesitamos aprenderé a leer. Contiene el mensaje de primera mano. Es el mensaje de la infinidad del cielo estrellado y la belleza de nuestra tierra con todas sus exquisitas criaturas. La ciencia natural siempre descodifica nuevos mensajes de este texto, y el hombre religioso experimenta en la meditación, en la visión mística, su totalidad y dentro de ella la maravilla de nuestra existencia. Esto podría ser la base de una nueva espiritualidad terrestre. Dentro de ese espíritu me gustaría concluir con una cita del texto "Sadhana" de Rabindranath Tagore:

Mediante el progreso de las ciencias naturales la totalidad del mundo y nuestra unidad con él se hace más clara en nuestro espíritu. Cuando esta comprensión de la unidad total no es solo intelectual, cuando abre por completo nuestro ser a la luz de la consciencia total, entonces se hace gozo radiante, un armonioso amor.




© Moony