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"Leer te condena a muchas cosas terribles, sobre todo a la lucidez; te acerca más a las cosas en su esencia, que a menudo es desagradable, pero también te da los mecanismos analgésicos y compensatorios para enfrentarte a ellas"

Arturo Pérez reverte





jueves, 21 de enero de 2010

Los animales se ríen


Los monos también se ríen, y ya se reían mucho antes de que aparecieran los primeros humanos.
Según una nueva investigación, nuestros ancestros primates fueron los primeros que desarrollaron las expresiones faciales que forman la base de la risa.

En el estudio con orangutanes, científicos británicos y alemanes descubrieron que éstos cuentan con el sentido de empatía y mimetismo que provocan la risa.

Estos animales son capaces de copiar las expresiones faciales (como abrir una boca enorme) que hace alguien al reírse.

Esto significa que la "risa" de los orangutanes es contagiosa, dice el estudio publicado en la revista especializada Letters of Biology, de la Real Sociedad británica.

Los científicos estudiaron la forma cómo 25 orangutanes de entre 2 y 12 años recogían y copiaban estas expresiones.

La investigación, llevada a cabo en cuatro centros de primates alrededor del mundo, encontró que cuando uno de los animales abría una enorme boca, su compañero llevaba a cabo la misma expresión medio segundo después.

Sabemos que en los seres humanos, la risa puede ser contagiosa, por ejemplo cuando involuntariamente nos reímos al ver a otro reír.

Los investigadores observaron que los orangutanes copian también las expresiones faciales de los otros y lo hacen muy rápidamente.

Según los investigadores, hasta ahora no había pruebas de que los animales pudieran llevar a cabo este tipo de respuesta de "contagio emocional".

Pero, ¿de qué se ríen los simios? Los humanos nos reímos cuando algo es gracioso, o cuando sentimos mucho agrado por alguien o algo.

Los investigadores encontraron que en los orangutanes ocurre algo muy similar.
Los animales producen estas expresiones cuando están en una situación positiva, por ejemplo cuando están jugando, lo cual revela que el contexto social también es muy importante para ellos.

Recordemos que los componentes de las emociones positivas y empatía que conducen a movimientos faciales involuntarios en el ser humano, se desarrollaron antes de que surgiera la especie humana.


La risa apareció en el rostro del ser humano antes de que hablara y no es exclusiva de los hombres, pues esa expresión de felicidad existe en otros animales. Los circuitos neurológicos de la risa existen en las regiones más antiguas del cerebro.


Además, había formas de risa y juegos en otros animales miles de años antes de que el ser humano apareciera con sus carcajadas y, tiempo después, con su expresión oral.

Los últimos estudios realizados en ratas, perros y chimpancés proporcionan pruebas concluyentes de que la risa y la alegría no sólo son disfrutadas por los seres humanos.

"Tal vez sea hora de que la neurociencia acepte que los animales son capaces de muchos sentimientos emotivos"

Como prueba de que la risa antecede a la palabra, está el caso de los niños que ríen y gritan de alegría cuando todavía están en pañales y no han comenzado a expresarse oralmente.

Ese mismo patrón de comportamiento es evidente en los chimpancés, cuya respiración entrecortada se asemeja a una carcajada, cuando juegan entre sí y se hacen cosquillas.

Aunque, el mejor estudio es el de las ratas, que cuando juegan emiten una cacofonía de chillidos que refleja sentimientos positivos.

Las cosquillas hechas a esas ratas logran un acercamiento entre roedores que parecen buscar el placer de la risa y prefirieren jugar con las que emiten ese particular ruido.

Investigar sobre la risa en los animales puede dar pistas sobre los efectos y la necesidad de la risa en los humanos.

Múltiples observaciones y estudios ya demostraron que el buen humor y mantenerse alegre resulta claramente beneficioso para la salud. Conocer los circuitos cerebrales implicados en la risa y la alegría y entender las relaciones entre las diversas sustancias químicas cerebrales que hacen funcionar estos circuitos pueden proporcionar pistas fundamentales para encontrar tratamientos eficaces de muy distintos desórdenes mentales.

Por añadidura, aumentar el conocimiento sobre los circuitos emocionales en los que radica todo nuestro ser.

Cualquiera que haya observado a un perro sabe de la capacidad de éste para manifestar su alegría y su contento, así como su tristeza. Dos cachorros de perro jugando entre ellos emiten una especie muy característica de ladridos y chillidos.



¿Es esto el equivalente de la risa? Los investigadores concluyen que sí, porque del análisis de las frecuencias emitidas por los animales y del estudio del tipo de ruidos puede concluirse que sólo se emiten en condiciones de alegría y juego: por lo tanto, es risa. Todo padre sabe que una de las cosas que más puede divertir a su hijo que acaba de empezar a caminar es perseguirlo. El chico se reirá mientras huye y, al ser agarrado, redoblará sus risas, que llegarán al éxtasis de diversión en la 'pelea' posterior con cosquillas.

Los chimpancés en libertad juegan a lo mismo. Esto surge de observaciones hechas en una reserva de Tanzania, donde los chimpancés jóvenes se persiguen unos a otros.

Bueno, parece que, al fin, los humanos se empiezan a fijar en los animales
para algo más que matarlos.

Mis perros llevan años riéndose de los humanos.
No es para menos ¿verdad?
Somos tan egocéntricos...

© Moony