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"Leer te condena a muchas cosas terribles, sobre todo a la lucidez; te acerca más a las cosas en su esencia, que a menudo es desagradable, pero también te da los mecanismos analgésicos y compensatorios para enfrentarte a ellas"

Arturo Pérez reverte





miércoles, 20 de febrero de 2008

ley de gravitación universal

Más de fuerzas...

Dice la Ley de Gravitación Universal que, siempre, dos cuerpos se atraen y que esa fuerza de atracción se expresa asi:

F= G(m1.m2/d.d)
donde m1 es la masa de un cuerpo, m2 la masa del otro, d.d el producto de la distancia que las separa por sí misma y G es la constante de gravitación universal que tiene un valor muy pequeño.
Lógicamente, cuanto menor sea el numerador y mayor el denominador, la fuerza irá disminuyendo hasta aproximarse a 0 y al revés.
Esta fuerza, aparentemente, no influye en nuestra vida diaria, al menos no conscientemente, aunque sea la responsable de que nos mantengamos con los pies pegados a la tierra.

Pero esa fuerza de atracción entre cuerpos... puede tener otras manifestaciones.
Sí, manifestaciones más sutiles y más intensas a la vez.
Imaginemos por un momento que en lugar de hablar de cuerpos, hablamos de sentimientos, y en la fórmula, sustituimos los valores de las variables, de manera que ahora:

m1= amor que 1 siente por 2 ; m2= amor que 2 siente por 1 ; d= distancia emocional que los separa ; G= interferencias externas

Si el producto m1.m2 fuera un valor numérico grande, o sea, si 1 y 2 se amaran mucho, la distancia entre los individuos fuera mínima, lo cual implica ser almas gemelas y G se podría considerar despreciable, porque nada externo a ellos merma sus sentimientos... el valor de nuestra fuerza iría tendiendo a infinito:

F= G(m1.m2/d.d) = infinito...

Como nos pasa a nosotros dos.