Cuenta la leyenda que el gran Arquímedes de Siracusa, el más ilustre científico del mundo antiguo, arrastrado quizá por el entusiasmo ante su descubrimiento de la ley de la palanca, exclamó: “Dadme un punto de apoyo y moveré al mundo”.
Hubo quienes consideraron soberbio al científico e incluso dudaron de su afirmación.
Pero yo sé que es cierto.
Porque tú dijiste dos palabras y pusiste mi mundo en movimiento.
Hacia ti.