miércoles, 20 de febrero de 2008

Archeopteris


El Archeopteris tenía sangre caliente
Y aprendió a volar
De él, tan sólo nos queda una silueta, un sueño grabado en la piedra
Cuando lo miro, como ahora, me asaltan muchas preguntas
No, nada que ver con la evolución o la biología, esas las dejo apartadas en estos instantes
Preguntas íntimas
¿Quedarán mis sueños escritos en el aire?
¿Alcanzará el calor de mi sangre para sostener los tuyos?
¿Me amarás dentro de quince millones de años?